viernes, 31 de agosto de 2012

Resistencia al cambio: ¿Precaución o solo miedo? Por Alejandro Barrera

Por naturaleza, somos resistentes al cambio. Esta comprobado por todos los medios, esto en sí no es ninguna sorpresa, sin embargo, no existe abundancia de material que nos guíe en esta materia tan importante de la vida. Si bien es cierto que el cambio per se no se estudia, se puede estudiar la manera como se hace frente a este y, por consiguiente, resolver una gran parte del enigma cotidiano que llamamos éxito.

 La resistencia al cambio comienza cuando una situación o condición se vuelve común para nosotros, es decir, se vuelve parte de nuestra zona de comodidad. Estoy tranquilo así, me siento bien así, funciona así, entonces ¿Para que cambiar?. Es este el principal razonamiento de nuestro cerebro. La respuesta a esta interrogante, aunque muy sencilla, es de de hecho escurridiza. Se oculta entre tanto pensamiento y, a fin de cuentas, terminamos olvidándola o pretendiendo que nunca la supimos, se trata de avanzar, de moverse... de estar dispuesto a cambiar.

 Podemos afirmar sin temor a equivocarnos que no hay avance sin cambio, este es necesario y no debemos negarlo o rechazarlo a simple vista. Hasta el vehículo, dentro de su condición de objeto inanimado, necesita cambio de marcha para poder moverse. No se trata de aceptar todo lo que venga, tampoco de arriesgar desemedidamente lo que tenemos por el simple hecho de favorecer los cambios, es sencillamente cuestión de evaluar, de poseer mente abierta y al mismo tiempo cautelosa, de estar atentos, de analizar todas las posibles alternativas y tratar de predecir, como en partida de campeonato mundial de ajedrez, el resultado del próximo movimiento, ya que el desplazamiento, al igual que en el vehículo, puede tener dos direcciones. Allí radica, parcialmente justificado, el tan famoso “miedo”.

 El miedo al cambio, en cierta medida es realmente comprensible. Muchas personas poseen responsabilidades, hijos, hogares, familias, bienes. El cambio puede, en ocasiones, no solo arriesgarte a ti, sino a los que te rodean, si el cambio es malo y retrocedes los perjudicas, si el cambio es bueno y avanzas entonces los beneficias. Este tema, es algo tan sencillo y tan complicado a la vez, parece digno de consideración. Lo sencillo radica en la poca cantidad de alternativas, es decir, aunque tengamos 1000 opciones para un cambio, si al preguntarnos ¿Me atrevería a cambiar? la respuesta es negativa, entonces no perdamos el tiempo, pues ninguna de las 1000 opciones, a simple vista, en papel va a bridanrte suficiente confianza para atreverte.

 A este respecto,lo complicado radica en el carácter de necesario de la cautela y la precaución, además del riesgo, siempre y cuando este sea “medido y controlado”. Desde niños hemos escuchado la frase “Quien no arriesga, no gana” y es esta quizás la más precisa que han podido enseñarnos desde que nacimos. Esta, es la esencia del éxito. Nos sentimos cómodos con nuestro actual trabajo, poseemos beneficios aceptables, buen salario además de un horario y un ambiente agradable, llega una nueva oportunidad, de algo que resulta nuevo para ti, estás claro de ciertas condiciones pero no al 100%, tienes muchas dudas, estas dudas te paralizan, te impiden la mínima intención de considerar la opción a causa de ese territorio desconocido, esa X de la ecuación. Amigo lector, si has actuado así, quizás ya has perdido la oportunidad de tu vida, y no lo supiste pues no te atreviste a investigar, no le diste tiempo a tu curiosidad o a tu sentido de superación, o quizás no. Nadie puede saberlo a ciencia cierta, pero ya que hablamos de lo perjudicial que puede ser el riesgo, si yo fuera usted, un riesgo que de verdad no quisiera correr sería que me pase desapercibida, ironicamente, la mejor oportunidad de mi vida.


 Recordemos que el miedo, en ocasiones, es útil, te mantiene alerta, sin embargo, cuando llega a dominarte te frena, te atrasa, te estanca y claramente sabemos que en los tiempos actuales de dinámico progreso, no hay cabida para ello.
 Alejandro Barrera
alebarrera76@gmail.com
@alebarrera76

0 comentarios:

Publicar un comentario

Comentar:

 
Powered by Blogger