viernes, 11 de mayo de 2012

LA PEQUEÑA VENECIA



   Cual diminutivo usado por Vespucio para comparar lo que observara al llegar a nuestras costas, o como vocablo indígena que representa la tierra de la gran laguna, Venezuela nace, crece y se desarrolla a la sombra de un mundo victimario con 1500 años de ventaja histórica, mientras delirios de poder y codicia asaltaban las mentes de los majestuosos reyes y líderes mundiales, ideales de libertad forjaban un nuevo camino, un camino de paz, de crecimiento y de desarrollo donde la esclavitud no fuera más que un mal recuerdo y donde el oro no decidiera el destino del hombre, esta misma Venezuela que luchó por su independencia a capa y espada, luchó para derrocar dictadores déspotas y autócratas, con una única finalidad… la democracia.

    A pesar de siempre haberse encontrado muy lejos de ser la utópica república que mencionaba platón, resulta particularmente curioso encontrar hoy día una Venezuela que en antaño obtuviera tantas victorias, reducida a un estado conformista y corrupto, donde un celular vale en ocasiones más que una vida, un estado donde vivimos víctimas de una delincuencia sin final, aún peor donde muchos funcionarios ofrecen soluciones en la misma medida que se les ofrezca dinero, pareciéramos no despertar, pereciéramos no percatarnos de la ineficiencia tanto de quienes creen tener el poder como de aquellos que creen quererlo.

   Sin tener de deseos de entrar en discusiones políticas, es necesario resaltar que independientemente del color de la bandera del partido de gobierno o la ideología política, el carisma y el aparente poder de un líder que se considera un salvador (quizás para sus familiares y allegados lo haya sido), o quizás las ideas que pueda tener un grupo opositor que hasta ahora no ha logrado demostrar la fuerza, la inteligencia y la convicción necesaria para detenerlo por no encontrar un verdadero camino de unidad, campañas, partidos políticos, promesas, gobiernos y oposiciones irán y vendrán siempre en un círculo vicioso sin final, los perjudicados somos y siempre seremos nosotros, el pueblo, los ciudadanos que nos ilusionamos con cada promesa y nos decepcionamos con cada mala acción. 

   Como consecuencia, no existe solución y no existirá hasta comprender que el poder no se encuentra en el palacio de gobierno, se encuentra en la mente, se encuentra en el conocimiento, el estudio y la cultura. Un pueblo sin la voluntad de expresar sus ideas y de exigir ser escuchados, es un pueblo vacío, un pueblo condenado que repetirá conductas y seguirá quejándose de ellas hasta reflexionar, comprender que no debemos conformarnos con falsas misiones de caridad, debemos exigir y no tolerar la injusticia. Este año 2012, como venezolanos tenemos la oportunidad una vez mas de elegir a nuestro gobernante, sea quien sea el ganador desde hoy deberá conocer que el Venezolano merece un líder que se encuentre a la altura, ya que tarde o temprano despertará de esta larga pesadilla y exigirá respuestas. 

Alejandro Barrera
Alebarrera76@gmail.com
Maracaibo . Venezuela
09/04/2012

 
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